¿Para qué sirven las emociones?

Tenemos la costumbre de calificarlas como buenas o malas, pero en realidad todas tienen su función, y son además muy necesarias para mantener el equilibrio dentro de nosotros.

Cuando sentimos dolor emocional -lo que normalmente llamamos emoción negativa- estamos recibiendo la señal de que nuestro sistema está dañado. Nuestro cuerpo nos muestra entonces por dónde la energía ha dejado de fluir, y lo hace con esas sensaciones que todos conocemos, como una «bola en el estómago», una «presión en el pecho» o un «nudo en la garganta». Evidentemente, estas sensaciones no nos gustan y por eso decidimos calificarlas como negativas, cuando en realidad nos están enseñando que hay que actuar para reparar el circuito energético de nuestro cuerpo. Nos están ayudando.

Cuando entendemos esto, la situación cambia bastante, porque en lugar de calificarla como algo malo, la podemos considerar como una oportunidad para integrar algo que tenemos pendiente y no nos deja ser completamente libres.

Las experiencias no son buenas o malas

Simplemente son. Lo que cambia es cómo las percibimos y juzgamos. Dos personas pueden vivir la misma situación siendo divertida para una y terrorífica para la otra.

El mundo seguirá siendo imperfecto mientras continuemos juzgándolo.

En lugar de neutralizar, rechazar o ignorar lo que sentimos, lo que nuestro ser nos pide es que integremos. Esas emociones son parte de nosotros y solamente necesitan aceptación.

Podemos usar la analogía de la nutrición: Vivimos la experiencia (ingerimos), digerimos lo sucedido, asimilamos lo que nos sirve, y desechamos lo que no. Así deberíamos vivir las emociones, nutriéndonos y haciéndonos crecer.

Resonamos con la energía que nos rodea

Nuestro entorno activa constantemente las energías que ya residen en nuestro interior. Por eso no podemos culpar a los demás de cómo nos sentimos. Nuestros sentimientos y emociones son el resultado de las decisiones que hemos tomado y no algo que viene del exterior. Hacernos cargo de lo que sentimos forma parte de nuestro proceso de maduración e individuación y de lo que significa ser humano.

Las otras personas actúan de espejo ayudándonos a pulir nuestras «asperezas».

Hacernos cargo de lo que sentimos

Habiendo explicado todo lo anterior, nos queda por saber cómo encauzarlo. Nunca nos explicaron la utilidad de las emociones, y mucho menos cómo liberarlas e  integrarlas.

Aquí entran en juego las técnicas que están apareciendo estos últimos años y que abordan las emociones desde una perspectiva energética. Gracias a que existen diferentes opciones, es más fácil encontrar una que se adapte a cada persona.

Si ahora que comprendemos mejor para qué sirven las emociones, comenzamos a trabajar para liberarlas y así poder integrarlas, las oportunidades de crecimiento interior se multiplican acercándonos a nuestra libertad.

En Kalam, todos los trabajos terapéuticos son holísticos, por lo que las emociones tienen su espacio para ser trabajadas. No obstante, en las sesiones de Kinesiología ofrecemos herramientas específicas de liberación emocional  para tratarlas y las seleccionamos en función de las necesidades de cada uno.

  • EFT (emotional freedom technique)

  • Método Sedona

  • Emotrance

  HORARIO DE ATENCIÓN

Lunes – Viernes 10:00 – 18:00

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ALEJANDRO SÁNCHEZ
ALEJANDRO SÁNCHEZCo-director y terapeuta
Especializado en Kinesiología Holística y Aplicada – N.O.T.