El Shiatsu potencia al máximo nuestros procesos de autocuración y transformación. Cuando el cuerpo cae realmente enfermo, habrá que recurrir a tratamiento médico alopático, y aun en estos casos, el Shiatsu siempre servirá de apoyo a cualquier proceso.
Al recibir un tratamiento de Shiatsu, somos acogidos en un espacio de seguridad y confianza por el terapeuta, quien trabaja en estado de completa atención y presencia. Es esta actitud, además de los conocimientos del terapeuta, la que le da a un tratamiento de Shiatsu la profundidad necesaria para que este tratamiento sea considerado por muchos practicantes una terapia y no sólo un masaje. A mí, personalmente, me sigue gustando llamarlo masaje.
Al recibir Shiatsu nos hacemos más conscientes de nuestro cuerpo, y empezamos a habitarlo de una forma nueva y agradable, llegando desde el primer tratamiento a sentir partes de nuestro cuerpo que teníamos olvidadas o abandonadas. El Shiatsu puede ayudarnos a conocernos más a nosotros mismos, conectando y armonizando toda nuestra energía vital, y a ubicarnos en nuestro centro. Al recibir tratamiento de Shiatsu, nuestra respiración se relaja y se armoniza, por lo que decimos que todo nuestro cuerpo está respirando. Es así como recuperamos nuestra energía vital y conectamos con los recursos naturales que tiene nuestro cuerpo para mantenerse en un buen estado de salud.
Esta terapia de miles de años de antigüedad, tiene sus orígenes en la antigua terapia japonesa Anma, pero fue hace unos 100 años cuando el trabajo específico de Shiatsu se formalizó independiente del Anma. En la actualidad hay muchas formas de Shiatsu, y cada terapeuta lo adapta a la formación que ha recibido y a su propia forma de sentir y trabajar con el toque sanador. En mi caso, más de 15 años de experiencia hace del Shiatsu una experiencia profundamente transformadora y sanadora
Cómo se realiza un Shiatsu:
Para recibir un Shiatsu no es necesario quitarse la ropa, sino llevar ropa cómoda de tejidos suaves y naturales. Se trabaja sobre un futón en el suelo, aunque también se puede trabajar cómodamente en camilla o en silla, para personas con problemas específicos.
Una sesión de Shiatsu suele empezar compartiendo con el terapeuta nuestro estado físico o emocional y las razones por las que hemos acudido a recibirlo. Así, el terapeuta puede establecer una línea de trabajo para ese día, pues cada vez es diferente de la anterior.
Después, durante el tratamiento, el terapeuta aplica presiones con los pulgares, las palmas de las manos, los antebrazos, codos o rodillas sobre los meridianos de acupuntura distribuidos en todo el cuerpo, armonizando la energía y propiciando que el paciente realice la respiración abdominal sin esfuerzo, equilibrando el sistema nervioso y las emociones.
Cuándo recibir un Shiatsu y con qué frecuencia:
La frecuencia varía entre de una persona a otra, unas eligen recibir Shiatsu cada semana y otras hasta cada 15 días o una vez al mes. Hay personas que se dan un Shiatsu cada 8 semanas.
Para tratamientos específicos como ansiedad o depresión, insomnio o problemas específicos de espalda, la frecuencia es mayor, mientras duran los efectos de estos síntomas.
Indicaciones (destacadas las indicaciones para la mujer)
- Problemas de fertilidad
- Embarazo, Parto y Post-parto
- Trastornos de la menstruación
- Menopausia
- Insomnio, ansiedad, ataques de pánico, depresión.
- Enfermedades del sistema nervioso (neuralgia, parálisis, espasmos, etc.)
- Problemas estructurales (músculos y huesos): dolor muscular, contracturas, degeneración articular, lumbalgia, hernia de disco…)
- Enfermedades digestivas (gastritis crónica, inflamación intestinal, estreñimiento…)
- Enfermedades respiratorias (asma, bronquitis, etc.)
- Problemas de la circulación sanguínea (anemia, presión sanguínea, manos y pies fríos…)
- Problemas de vejiga, urinarios…
- Metabolismo
- Cansancio, fibromialgia o fatiga crónica.
- Estimulación del sistema inmunológico
Contraindicaciones (el Shiatsu no ayudaría o agravaría las siguientes condiciones)
- Afecciones agudas (fiebre aguda, gripe, shock insulínico, etc.)
- Tumores malignos
- Intoxicación aguda (comida, picaduras…)
- Inflamaciones agudas (peritonitis, apendicitis, artritis severa, etc.)
- Hemorragias
- Lesiones externas (heridas abiertas, fracturas, etc.)
- Enfermedades degenerativas de órganos internos (nefritis, fallos respiratorios, etc.)
HORARIO DE ATENCIÓN
Lunes – Viernes | 9:30 – 18:30 |
Sábados | 10:00 – 14:00 |