El descubrimiento del Yoga, cuando se tiene la inmensa suerte de dar con los maestros adecuados, se convierte en la respuesta a preguntas nucleares que pulsan desde el centro de la propia vida. El Yoga no trae consigo las respuestas, lo que entrega tras su milenario caminar por la tierra son las herramientas para elaborar las preguntas correctas y habitar en ellas desde la honestidad, el amor, la humildad. Toda una revolución tiene lugar en el territorio del cuerpo y de la mente, en ese nebuloso vapor de “lo espiritual” a menudo arrinconado por el desierto del materialismo.

El Yoga llegó a mí inesperadamente. De alguna manera derivó de mi pasión por el conocimiento del Arte, la Filosofía, la Mitología, la historia de las Religiones. Durante años compartí con mi hermana Eva estos temas que me apasionan y que comencé a investigar en el marco de los estudios de Bellas Artes, fue así que más tarde ella misma llegó al Yoga y me lo recomendó habiendo encontrado en él un auténtico camino de vida.

En todo este recorrido he bebido del saber de muy diferentes profesores y profesoras, tomando de cada uno/a ricos aprendizajes que de una forma u otra están presentes en mi enseñanza, siento un profundo agradecimiento con cada uno y cada una. Pero he de hacer mención aquí a mi maestro y amigo Danilo Hernández, uno de los grandes pioneros de Yoga de nuestro país, quien me trasmitió toda la profundidad de tan excelsa disciplina. En sus clases y seminarios fueron puestas las bases de mi práctica y de mi enseñanza.

Creció mi interés en conocer la disciplina en profundidad, su historia, su filosofía, la cultura que le dió nacimiento, por lo que comencé a investigar indología, arte y filosofía indias en el contexto del de Doctorado de Ciencias de las Religiones de la UCM. Años después, regreso para ser Doctoranda e inicio mi tesis sobre Yoga, Arte, Tantra y No Dualidad lo cual supone para mí completar un ciclo que comencé hace tiempo.

Mi vocación docente me animó a convertirme primero en profesora de Secundaria en el ámbito de las Artes Visuales y siete años después de iniciarme en Yoga, comienzo a “enseñarlo” en “Aushadhi, Enseñanza Integral de Yoga”, fundada por mi hermana Eva Espeita, espacio que durante 11 años estuvo ofreciendo un Yoga de calidad y profundidad, respetuoso con la tradición y abierto a las mejores versiones contemponáreas de la disciplina.

El Yoga que comparto es un sincretismo entre todo lo que he aprendido en casi veinte años, es Integral porque integra los diversos aspectos y ámbitos que el Yoga desarrolla, en un constante diálogo entre propuestas de varias escuelas y tradiciones. En el trabajo corporal confluyen métodos de Yoga tradicional, planteamientos basados en el conocimieno científico de la Anatomía y la Biomecánica y enfoques somáticos. El trabajo más sutil, incluye técnicas respiratorias e internas y técnicas de relajación. La Meditación como actitud es una constante y como práctica tiene su propio espacio en el desarrollo de técnicas y métodos de Meditación, lugar especial tiene la formación Antar Mouna Sadhana que cada año imparto desde hace casi una década o la indagación a través de Yoga Nidra, técnica que he guiado durante más de diez años y me fue transmitida directamente del linaje que la compiló y adaptó. En el terreno de la teoría la vida me ha ofrecido la posibilidad de enseñar Filosofía, Historia, Psicología y Pedagogía del Yoga y la Meditación, en el contexto de formaciones para profesores en Inef UPM y Yogaia.

He aprendido que el Yoga no puede enseñarse, si acaso sólo inspirarse. Entiendo mi labor como quien planta una semilla que habrá de fructificar en el corazón de cada cual, quien si así lo desea, el Yoga se convertirá en fundamento de la propia vida, en un camino de libertad real.

Información sobre las clases
Sesiones de Yoga Nidra