(** Este artículo lo escribí pensando en las mujeres, quienes todavía nos definimos a nosotras mismas a través de nuestras relaciones. Más estoy segura de que las reflexiones contenidas en él, sirven tanto para hombres como para mujeres, pues el alma femenina habita tanto en unos como en otros, y todos, mujeres y hombres, estamos buscando nuestra manera de recuperar los trozos de esta “alma mater” femenina, reconciliarnos con ellos, e integrarlos. Paradójicamente, para ello es muy importante integrar primero nuestro animus, nuestro masculino. La voluntad, el propósito, la intención.)

¿Quién eres? ¿puedes dedicar unos minutos a hacerte esta pregunta, “¿quién soy?”, y descansar en la respuesta, sin expectativas ni creencias preconcebidas?

Todavía muchas mujeres necesitamos recuperar las partes de nuestra alma femenina que se perdieron en el trauma, en la herida, en las promesas y votos, a lo largo de siglos y siglos… una manera de hacerlo a nivel individual, es recuperar las partes de alma que le damos a las personas o cosas en las cuales basamos nuestro “ser”.

Nos somos lo que tenemos, no somos la profesión a la que nos dedicamos, no somos la ropa que usamos ni la casa que tenemos. Todas estas cosas pueden llegar a decir mucho de nuestra actual experiencia de vida e incluso de anteriores experiencias de vida en la Tierra. Pero no definen lo que somos. 

Todavía muchas mujeres se definen a sí mismas a través del hombre que tienen al lado, a través de los hijos, o a través de las relaciones con hombre o mujeres “de poder” (“soy poderosa porque me rodeó de personas con autoridad espiritual o con éxito económico, o poder político, o soy poderosa porque mi marido lo es”)

Nos movamos en el ambiente que nos movamos, se hace imprescindible ser auténtica y atreverse a ser real. ¿Qué es lo que nos separa de nuestra auténtica naturaleza, que no se define en base a las relaciones que tenemos? ¿Qué hay en mí que me cuesta aceptar? Lo que no acepto en mi, me controla. Es esa sombra alargada que busca identificarse con una forma de vestir, con un status social, con una idea o una creencia… que normalmente utilizamos para seguir ocultando la sombra de lo que más miedo nos da. 

Miedos como el de no ser suficientes, enfadarnos y mostrarnos agresivas o violentas, apegarnos al poder, mostrar nuestro autoritarismo, nuestra imperfección, nuestro lado manipulador, ser demasiado débiles (se confunde a menudo fragilidad con la debilidad), miedo a equivocarnos, a nuestra sensibilidad, miedo a sufrir o miedo al dolor… Ya sea nuestro masculino, o nuestro femenino, en la aceptación de la propia sombra está la clave de la verdadera felicidad que nace de atreverse a ser auténtica y tratar a nuestros defectos con mimo para proporcionarles un espacio y un tiempo en el que se puedan transformar.

Atreverse a mirar a nuestros miedos más profundos, pues ellos ocultan también nuestros deseos más profundos, es adentrarse en el terreno salvaje de nuestros bosques interiores, y arriesgarse a descubrir nuestras heridas. Habrá que aceptar y tratarlos con amor, a los miedos, y después dejarlos marchar.

Aprendamos a celebrar los miedos como oportunidades para crecer y encontrarnos con nuestro ser auténtico. Nuestro miedo, nuestra vergüenza y nuestra humanidad, no hacen que dejemos de ser quienes somos. 

Cuanto más profundo y oculto está el miedo, más nos controla. Cuanto más profundamente lo amamos y lo aceptamos, más fácilmente podemos soltarlo y pasar a la siguiente etapa.

Cada miedo, como cualquier veneno, tiene su antídoto y su propia medicina.

Nuestra tarea es reconocer y nombrar nuestros miedos, ser tiernos con ellos, y dejarlos ir… sólo así podemos liberarnos de la energía densa y pesada que nos mantiene presos de nuestras creencias (nacidas de estos miedos). Sólo así podremos permitir que fluya la tremenda energía luminosa que somos y que es en todo…

Así que la próxima vez que nos preguntemos “¿quién soy?”, también podemos preguntarles a nuestro miedo: “¿cuál es la medicina que traes?”, o lo que es lo mismo “¿cuál es mi medicina?”

~ Noraya Kalam (Acompañamiento evolutivo, reconciliación con la sombra. Niveles y aspectos que fluyen y se mueven con este trabajo: limpieza y purificación, reconocimiento de aspectos ocultos en la sombra, liberación, sanación, integración, conexión. Sentir.) Tel: 600410613
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